Ganó Todo, Pero Encontró Paz

Solía pensar que ganar lo era todo. Las ranuras giraban como cargas de bisonte bajo la penumbra, tambores resonando en mis huesos. Buscaba premios como un niño persiguiendo luciérnagas: siempre alcanzando, nunca atrapando. Hasta que una noche, me detuve. No por perder, sino porque escuché el silencio entre giros. El viento rozó el cristal de una máquina vacía en mi ventana. La luz de la pradera se volvió violeta al caer la tarde. Entonces supe: ningún algoritmo predice lo que tu alma necesita. La RNG no le importa si ganas o pierdes. Solo gira. Y a veces… eso basta.